GLANZMANN, CECILIA
A ANTONIO MACHADO

Ah, Machado,
el recordado Antonio Machado castellano,
tuviste tus encinas y tus chopos
tu frescor del Duero
y las colinas de embrujo castellano
como yo
mis estrellas mesetarias.

Ni castellano tú
ni patagónica yo
y tan hijo de Castilla has sido y eres
como yo lo soy de mi sur costero americano.

Pero, ¿sabes?
el viejo río conoce de secretos
y me ha dicho
que es un espejo de lunas el arraigo.
Tus chopos y encinares
se me han vuelto mis mesetas cotidianas,
tus colinas… mis bardas
tu Duero… mi Chubut amado
y el Tercero* de mi Córdoba añorada,
y el aroma puro de las soledades castellanas
este mismo de mi pampa y mi meseta.
Es un espejo de lunas el arraigo.

ALFILERILLO DE LUZ

En el terrón más duro de la calcinada greda
encuentro un alfilerillo de luz,
tiritando de penas y miseria
y aún soñando
con amaneceres diáfanos
en medio de la ceguera de los hombres.
En el terrón más duro
la calcinada greda me habla
los alfileres duelen / el dolor puede ser luz
la paz es luz parida en los pesebres del alma…
…y hay alfilerillos de luz
sobre los genocidios
y la envidia
…y hay alfilerillos de luz
cantando a la alegría.
Ahí están,
desde todos los silencios de los códigos
en ese terrón
en el terrón más duro
de la calcinada greda.

ÁRBOL DE LA VIDA

En el tiempo sin tiempo
los espejos se tornan mariposas de agua
las manos cantan el vuelo iridiscente
y la oración sube en vibración crística
desde el Árbol de la Vida
que somos.

DESAMPARO

El frío me desapacigua las manos
la carne
el embrión del ser.
Huelo el lamido del viento
sobre las espaldas del mar sobrecogido
sobre las espaldas ateridas de la gente
no hay para ella gas ni luz
los leños escasos están muy húmedos
las chapas se descobijan
para encender el fuego
en la ciudad que avanza…
El desamparo del hombre
me desapacigua las palabras
y una ironía acre
dibuja insistente
la compasión deshabitada
en este siglo veintiuno.
La compasión respira sin embargo
en el abedul pródigo
y calienta las manos de la gente.

EL HILO DE ARIADNA

Me reclamo
el salir del laberinto.
Una lluvia fresca de azahares y violetas
se lleva las heridas viejas,
se adentra
la placidez ruborizada del crepúsculo
en los estañados espejos.
Me columpio
en el hilo de Ariadna
la luz me abraza
en el paso final
hacia el comienzo.

ES QUE NO ALCANZA

En tu mirada
niño de hogar en la calle
hogar a cielo abierto
con lloviznas, viento y �déme una moneda�
está Jesús
y están los corazones de Madre Teresa de Calcuta
y de hogares �Caras Sucias� *
en tu mirada
niño de hogar en la calle
encuentro una tristeza antigua
de un nosotros
es que ¡no alcanza!
con el pan y una sonrisa
ni con el hablar contigo sin premuras
ni con el darte una moneda…
En tu mirada
niño de hogar en la calle
se ha envejecido la injusticia
en el reloj que pulsamos los humanos
y te ha quitado ese brillo de la infancia
ese que sólo el amar y amar
remediaría.

FUGA DE LAS NUEVE LUNAS

El día de la fuga
aún hiere el insomnio.
Ah, que no sea
ese carro de asalto
éste de goznes
enrarecidos de engaños.
La noche de las lunas
para los soles que hablan
danzan en las pupilas
que atesoran el alba.
Y nosotros, el hombre
de nueve lunas hecho
para abrir y cerrar
las cadenas del agua,
esperamos el día
de la fuga al encuentro.

HABLAMOS… MADRE AMADA

Hablamos , madre, en la noche fresca del verano.
Hablamos de los veranos que se nos van de prisa
como se van las etapas de la inocencia tierna,
como se van los hijos y los nietos,
como se va la vida de a poquito
siempre
y que aún conscientes del acecho,
ignoramos.

Hablamos del otoño entrado,
de ése que les vemos a los otros
y que no sentimos propio,
en absoluto.

Hablamos del hilo sutil que anuda y suelta.
Hablamos, madre,
una vez más de lo mismo,
como si fuera para cada una, nuevo.
Por qué, por qué…
no lo sé
ni lo sabes.
Sólo pasa.

JUGLARES DEL SILENCIO

A los habitantes de los pueblos originarios y a los
inmigrantes, en el sur argentino y en el mundo.
El silencio habita vastedades
como las de esta altiva y cósmica meseta.
A veces, un cultrún reinaugura
la cíclica plegaria,
y rogativas mapuches y tehuelches
se hermanan con la fauna perseguida
y con humanos y no humanos seres.
Se hermanan
sobre todo
con la tierra.
A veces, el sueño de un arpa
o el de un órgano,
o el de una pianola o de un violín,
y a veces también el sueño de una guitarra
o el de un acordeón o una quena
traen otras plegarias
y el silencio guarda los valores mancillados
de uno y otro lado de los ruegos.
A veces son coros, o apenas un suspiro.
Por las culpas ajenas, asumidas, intentan un perdón por lo no hecho
los que llegaron y llegan,
emigrados.
Sólo son los que escuchan el silencio
como un rezo bendito de esta tierra
los que extienden sus manos
y, dando gracias,
elevan, enraizados, la esperanza,
A veces, ya más veces…
la paz late posible
sedienta de caminos.
La luna india vigila en el cielo transparente
como el agua del Chupat recién nacido
y cada ser respira
en el regazo de la cósmica meseta
el silencio liberado.
De Juglares del silencio, Poemario triling�e

LA HISTORIA DE LOS SUEÑOS

En realidad, nada sé.
Sólo vivo y sueño.
Sé que sueño la vida con Calderón y los otros
y hasta intuyo que me sueñan, con Borges y los otros.
Sueño este sueño del tiempo de Machado y el otro
con Machado y los otros.

Sueño y vivo
mientras el mar canta el ida y vuelta, imperturbable,
mientras la luna ríe con sus cuartos y enteros sobre el mar,
mientras el sol juega con la luna y con nosotros.

La historia de los sueños desde la prehistoria de los sueños
sigue.
La escriben los soñantes soñados con apellidos tan mayúsculos
que la prensa rotuladora los imprime en las conciencias
mientras, “ella”, en verdad,
es escrita con el anónimo clamor diario de los que viven
y de los que se mueren.

En tanto,
Dios, enigmático, nos observa.

LA LLAVE

Jesús prosiguió: Les aseguro que yo soy la puerta de las
ovejas/…/ Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará,
podrá entrar y salir y encontrará su alimento.
Jn. 10. 7,9
El hombre nace y anda, anda y profana,
profana para nacer y para la muerte,
y el hombre sigue andando.
Es el elegido y el miserable.
El hombre es el que llega con la posibilidad de abrir
/la puerta con la llave justa
�el agua corre divertida y herrumbra el cerrojo el hombre no logra abrir la puerta
pareciera que no lo logra…
todos lo miran
todos esperan
y él se mira y espera
el agua tose las preguntas y sigue…
El hombre es el elegido y el miserable…
quizás sí, quizás no
para la propia conciencia
hasta para la ajena.
�El agua sabe y ríe
el agua ríe y sigue.
El hombre, todo hombre
puede abrir la puerta con la llave justa.
Al hombre, a todo hombre
lo espera el universo nuevo y entero
en y con Él.
De Hilanderos de la Luz

NUESTRO MAR

Estás hoy manso y aceitoso,
pero no estás azul,
es gris verdoso en matices el lomo de tus aguas.
Te presiento como una pantera enorme y quieta
mirando agazapada hacia la costa,
escucho la respiración al ritmo del oleaje suave.
Un collar de algas bordan tu cautela
ante el humano que te goza,
ante el humano que te agrede. Tu collar de algas es un relámpago de símbolos
de norte a sur
frente a mis ojos marinos y sureños, tuyos.
Te pareces hoy más a un río de llanura
a un río de embarazado cauce.
Te huelo diferente,
te acaricio buscando tu ternura de nanas
en milenios.
El horizonte comienza a iluminarse
y desde el este avanza un fulgor de escamas
tenue,
como si todos tus peces estuvieran navegando
muy quietos.
La pantera que adormilas dentro…
vigila.
Ayer, tus aguas eran un abrazo tierno.
Antes de ayer, un estallido de olas espumosas
en vaivén continuo y azulado.
Estás, mar, hablándonos
sin cansarte nunca
del corazón planetario
en ley del universo.

PERSISTIR

He de persistir
como el faro aquel de nuestras costas
enhiesto, solitario,
arrullado por las tempestades
y los soles
he de persistir
con mi valija de gnomos
guardianes desde siempre de mis sueños
los sueños que caminan y caminan
cotidianos
y que son los que me susurra
el ser. He de persistir
desde la soledad acompañada
que agradezco,
desde el acompañar a la soledad de los otros,
desde la pura soledad que me conversa
y me encuentra, bien adentro
he de persistir
aunque me canse
en este acelerado desasirse de los lazos
desasirse de los nudos
de los enredos promiscuos del apego.
He de persistir
contigo, hermano, en este tiempo.

SOBRE EL RITUAL DE LAS CIGARRAS

He visto más de una vez
a las cigarras
en las cortezas de los árboles,
cigarras, muchas cigarras
abandonando el seco transparente sobretodo marrón
desabrochado y al viento
para renacer en vuelo.
Y las he oído cantar
en las siestas del verano
hasta deleitarme y aturdirme.
Las recuerdo.

Tal vez no sea más que otra comedia
esto de sentirnos y pensarnos el ser
igual, igual que las cigarras,
pero uno se dice
qué importa el frágil cuerpo envejeciéndose
si hemos de renacer en vuelo
como ellas

¿o será – uno se pregunta-
que nunca hemos dejado de hacerlo?

SOY

Soy un hilo de agua hecho torrente
exterior y subterráneo,
soy corriente alfarera del granito,
soy grano de arena del todo inacabado.
El agua es casi el todo
y el hilo todo voz mordiendo el universo
es casi nada.
Y soy.

TIEMPO DE ESPIGAR

Lo que le da valor a una taza de barro
es el espacio vacío que hay entre sus paredes.
Lao Tsé Es tiempo de espigar
entre las palabras
el lenguaje de las formas.
Ellas dicen más y más.
Es tiempo de sentir
a las palabras
como formas.
Ellas destellan el universo
que retorna
para reunirnos.
De Liberándonos

Y AÚN DECIR

A veces siento
que parpadean miríadas de tiempos de un mudo repetir
que ya todo se dijo para el irremediable ha sido dicho
y me río
de la aturdida imaginaria noctámbula del poeta.

A veces siento
que me río sin consuelo posible.
Y aún escribo.