BRONZATTI, AGUSTIN
A MI HIJA

cuando este laberinto de mis días
llegue a su fin de nada y polvo,
habré recorrido tu primera lágrima,
las constelaciones de tu risa,
los vívidos perfiles de tu infancia,
las tempestades de tu juventud
y habré visto el amor
transformándote
en mujer.
estuario de mi sangre,
nada quedará
y por todo legado
te dejo
el incompleto abecedario
de esta ternura
que le hablará a tus ojos,
y cuando me busques
por sobre el hombro
de algún recuerdo.

APENAS DESALIENTO

Conjeturar la bienaventuranza,
derrumbado en la melancolía
de viejas canciones;
la palabra afónica
de un piano envejecido.

Un rescindido contrato con la vida,
la fatiga de esperar el futuro
agobiado de presente,
desocupación
y culpa,
jugándose la vida

en un disparo
de sol y ternura.

DESDE LA VENTANA

A ciertas horas

DOS HOMBRES Y UNA PLAZA

Universales,
sujeto y predicado del ayuno,
compartían el sol y otras cuestiones
mientras se contaban ausencias y pesares.

Dos hombres espesos, cíclicos,
hablando de esto o aquello;
repletos de pasado,
radicados en la tarde,
en la necesidad de vivir
y compartir
su última sangre tornasolada.

Dos hombres
caminándose hacia adentro,
en diagonal,
cargando su hambre como violines�

EN TI

Iré detrás de ti,
parapetado en silencios,
induciendo vientos y lluvias
a nombrarte.

Iré detrás de ti
y seré la memoria
de un tiempo
en tu sombra

ESTÁ SOLA, MARCHITA

Está sola, marchita,
un pañuelo de nueves
le circunda la cabeza
para que la vida y los sueños
no escapen
por su mano extendida.

Es así: todo o nada.
El dolor de los otros
edifica catedrales
sin campanarios ni altares.

Sólo ofician los mendigos.

HABEAS CORPUS

no está.

están en cambio sus zapatos,
su camisa y una aterrada corbata
ahorcándose de pena en el ropero;
esa sonrisa que fue suya y tan nuestra
enmarcada en un ayer de sol.

no está.

inútil fue buscarlo,
gritar piedra libre
tras los árboles del otoño,
nos fijamos debajo de cada desesperación
y no estaba.

quedaron sí
un libro con sus ojos impresos,
las huellas dactilares de su ausencia
y el marco de esta ventana
donde apoyó los codos de su fantasía.

no está.

se lo llevaron con la vida puesta,
salió con las manos amputadas
mientras el espejo observaba impotente
el estupor de aquel rostro amigo.
la noche vestía riguroso luto.

no está.

están así,
los ecos de su alegría,
un nombre de mujer
evocado en la pared
y la cama que compartió su estatura,
los fragmentos de su libertad.

no está.

quién podría ahora
escribir un epitafio,
el adecuado adiós
sobre tanta angustia?

HABLAR DEL TIEMPO

Hablar del tiempo.

Retrotraer esta dimensión,
incognoscible,
a la simplicidad de un pronóstico.

HUELGARIO

I
a imagen y semejanza,
sabia que puede ser simiente .
voces,
creciente de pájaros
en el cauce del día.

a imagen y semejanza
de nosotros mismos.
alud y principio de campanas;
nada más que un rumor de sed.

por éstas
y otras narrables necesidades
un conjuro de puños decretan
la amputación transitoria de brazos.
las maquinarias detienen su cansancio,
el humo, en lo alto,
cesa de caminar hasta el cielo;
asombro de relojes y palomas.

las puertas se cierran.
adentro,
un hombre canta despacito
las estrofas de su ternura.

II

se lo percibe en el aliento de la tarde,
viste bigotes,
armamento
y carencias.
habla el mismo idioma,
pero no�
sabe reír como todos,
pero no�
ocupa igual medida de sangre,
pero no�

y pone cerco a la esperanza
desplegando a sus iguales;
de aire tensa sus cuerdas.
rumor de botas
en el borde de la espera.

hablar, ensamblar palabras,
exigencias, petitorios,
porcentajes, mejoras�
hablar de la victoria derrota,
o de la derrota victoria.

desalojar en orden
es la orden.
a puertas cerradas
un hombre canta entre dientes
las estrofas de su impotencia.

III

el ultimátum.
sobre el legítimo derecho
de sentirse pañuelo o golondrina,
y otra vez la voz
haciéndose posibilidad,
oráculo, punto de partida.

a imagen y semejanza�

hay que salir;
desventajas de la piel frente al fusil.
se abren puertas,
ventanas y sirenas.

aquel hombre, todavía,
a imagen y semejanza,
cantaba
las estrofas abigarradas
inexpugnables
de su esperanza.

IV

fue sobre el último pudor del sol
y las primeras estrellas;
un horizonte de estupor y llanto,
un océano de pañuelos.
porque nadie supo qué brazo,
qué mano, que dedo,
le trizó los dientes
en un aliento de pólvora.

toda su sangre estalló sin estruendo
a los pies del atardecer.
tan peligrosos los ojos
detenidos en la sorpresa,
tan subversivo de muerto
que le pusieron custodia
al misterio callado de sus manos.

a imagen y semejanza
de la palabra tristeza;
porque ese hombre
no volverá a cantar,
como antes,
despacito,
las estrofas mansas de su ternura.

IDENTIFICACIÓN

Un nombre.
Enseña y contraseña
que nos delata.

Un nombre.
Un puñado de letras
conjugado en tiempo presente.

Un nombre.

Arabesco de sonidos
que nos dice.

Un nombre.

Un
vocablo
que
no
refleja
nuestros
sueños.

Me duele aquí,
entre el diástole y el sístole
y extiendo un inexistente sombrero,
transpirado de carencias,
para alzarme con un niño
hacia páginas de luz.

INTERROGANTE

fueron
circunstanciales franquicias
de la imaginación;
torpes maquinarias
de la razón
sin razón.
sólo quedan preguntas
que preguntan
si estuviste,
o te imaginé.

INTERROGANTE SOBRE EL INTERROGADOR

él abre
las puertas del infierno
con sus manos.

está definitivamente
muerto
y tendrá una lápida de olvido.

alguien preguntará
quién lo engendró
y no habrá respuestas.

su hedor,
el hedor de su impiedad,
agonizará solitario
hasta desaparecer en el tiempo.

ORACIÓN

No haréis para vosotros ídolos ni escultura
ni os levaréis estatua.

Levítico, 26

señor, yo no soy tu siervo.
-envía sobre mí tu espada vengadora-
tengo mis razones:

es el año de remisión
y quienes te sirven
han cerrado su mano y su corazón
contra mi hermano pobre� (1)
han oprimido al jornalero
pobre y menesteroso
que habita en mi tierra. (2)

señor, yo no soy tu siervo.
empuño el pan nuestro de cada día
que se nos niega hoy,
y repito tus palabras:
he aquí las lágrimas de los oprimidos,
la fuerza en mano de sus opresores. (3)
tiempo en que el hombre
se enseñorea con el hombre� (4)

señor, debo confesártelo,
yo no soy tu siervo.
la plaga más cruel nos ha devastado;
los muertos nada saben,
ni tienen más paga. (5)
de qué podría servirme orar?
que quede bien claro, señor,
yo no soy tu siervo,
no aspiro a estar a tu lado
en las alturas,
sino junto a

este pueblo saqueado y pisoteado,
escondido en cárceles, despojado,
y no hay quién diga: restituid� (6)
en un mismo día orfandad y viudez
a pesar de la multitud de hechizos
y de tus muchos encantamientos� (7)

señor, yo no soy tu siervo.
tus devotos profetas trafican contigo, señor.
tus mercaderes uniformados
tienen las manos contaminadas de sangre
y los dedos de iniquidad�
no hay quien clame por la justicia,
ni quien juzgue por la verdad. (8)

por eso,
que quede claro, señor,
yo no soy tu siervo,
me quedan ciertos arrestos enamorados,
algo de razonable locura
y un puñado de lágrimas;
no lo tomes a mal,
yo no me arrodillo,
al menos esa valentía
le adjudico a mi cobardía.

y con todos los dedos
te lo dejo escrito,
señor,

yo
no soy
tu siervo
amén.

1. Deuteronomio 15-7 5. Eclesiastés 9-5
2. Deuteronomio 24-14 6. Isaías 42-22
3. Eclesiastés 4 7. Isaías 47-9
4. Eclesiastés 4-8-9 8. Isaías 59-3

fe de erratas:
donde dice: �pan nuestro de cada día�, debe
leerse: �y esto os mando: amaos los unos a los otros�.
donde dice: �Am�n�, debe leerse: �y dirá todo
el pueblo amén�; pero es muy largo.

PEQUEÑA ODA
LATINOAMERICANA

salir a la calle
con pancartas de hambre,
lágrimas prietas
en las puntas de un pañuelo,
y una rodaja de limón
para arrebatarle a la muerte,
el derecho a la vida.

hasta cuándo?

POEMA DEL HOMBRE CANSADO Y TRABAJADOR
QUE FUERA EJEMPLAR PADRE DE FAMILIA Y
HONESTO CIUDADANO. DOY FE

Creyó que tenía al ocaso,
a encender la lámpara tornasol
de sus últimas noches
y a repartir sus huesos
en la transparente insanía del recuerdo
hasta convertirse en ceniza
y eco.

Creyó que sus manos y el tiempo
habían fecundado los días inciertos
haciéndolo mansamente acreedor
a un mínimo vital de ilusiones
en un tiempo de nietos y jardinería
que hicieran diáfana la despedida
de su sangre fatigada y laboriosa.

Debajo de su nombre
y los conceptos
y las retenciones
y el estupor,
una cifra certifica
el bajo costo de la angustia.

PRECEPTOS MORALES

no invocarás nombres en vano.
desearás la mujer del prójimo
con demente ternura.

no matarás.

amarás a tu prójimo
como a ti mismo
y a su mujer, si ella acepta.

no matarás.

amarás la vida
por sobre todas las cosas
y no harás para ti
ídolos de barro, oro, yeso.

no matarás.

compartirás tu pan,
tu mujer y la risa
para sentirte vivo,
fraternal,

libre.

no matarás.

PREOCUPACIÓN

este hombre me preocupa.
este hombre insólito
con su anclaje de madera
y los hijos
iluminando la tarde.
un hombre reiterado,
apóstol de desalojos,
irrumpiendo en el día
con la arquitectura básica
de su desconcierto vespertino,
mientras la mujer contempla callada
el impudor de los lastimados muebles indiferentes,
mientras disfrutan del sol.

este hombre me perturba,
surgiendo así, sin emitir un bando,
una solicitada,
un comunicado oficial,
mientras levanta un detallado inventario
de sus carencias,
de su insuficiencia crónica
crucificando pacientemente
los maderos de sus días,
de su verg�enza
encendida
y trashumante.
de qué lejanías viene?
qué marejada cruel
lo arrojó al verdor de esta playa?

este hombre me preocupa.
este hombre que no ríe
fatigado de señalar
su breve espacio de luz.
este hombre azorado de transpiración,
clavando su pequeña ventana de esperas,
golpeando su oficio de marginado
con horas extras y doble aguinaldo.

este hombre debiera preocuparnos!

instalándose así, sin más
en el feriado del baldío,
trepándose al calendario
y haciendo acopio de sol
en los andamios del verano.

este hombre me preocupa.
me preocupa su nombre que no sé
ahora que la noche
enciende sombras y tenues estrellas;
me preocupa su falta de luciérnagas,
ahora,
en el momento en que encendemos
nuestras alegrías
y él asume a oscuras
su precaria angustia.

PRIMER DESENCUENTRO

Este hombre
equivale a todos los hombres.

En él,
la vida y la muerte
disputan su piel�

RELATIVO A LA HERENCIA:
SIGNIFICATIVO LOGRO DE LA HUMANIDAD

el verdugo
de todos los tiempos
no ha dejado nombres
para recordar.

sólo muertes entrañables,
ratificaciones de libertad
apenas cercenada.

el verdugo
de todos los tiempos
no ha dejado nombres;
nos legó descendencia.

* Nació en la ciudad de Buenos Aires.

REQUIEM POR MALVINAS

Qué hacer con toda esta muerte,
pregunto?
Qué hacer con la sangre diezmada,
en qué baúles o ataúdes,
pregunto,
amortajaremos sin más tanto futuro?

Con qué frases o palabras,
pregunto,
diremos que se fueron
desterrados en un preludio
de pólvora y metralla?
Qué llanto, o qué grito,
qué oración, o qué milagro,
qué patriarca, o qué dios,
pregunto,
podrán redimirnos de tanta culpa?

Bajó qué lápida,
pregunto
ocultaremos el estupor, la angustia,
la tristeza,
de tanto ausente,
de tanta muerte acuñada
en anónimos mártires.

Quién podrá resarcirnos,
pregunto y pregunto,
de abrazos inconclusos,
de atardeceres por compartir,
de los regresos inmolados
al sur de la impotencia?

Atrincherado en el desconsuelo,
cercado de interrogantes,
sólo espero que el silencio,
armado de sí mismo hasta los dientes,
no gane la batalla�

SER

No somos ya
lo que fuimos,
ni volveremos a ser
aquello que somos.
Tiempo.
Juez y verdugo.

El ciego apoya los ojos en el bastón,
es un murciélago atravesando el día;
apenas un inventor de colores
con el tacto necesario,
imprescindible,
para acariciar mariposas.

Su eternidad es multiplicarse;
fabulador de nubes y vientos,
el gorrión oculta su timidez
en los secretos laberintos del árbol.

TRATADO DE ORNITOLOGÍA DEL QUE EL LECTOR PUEDE SER PARTÍCIPE

sólo el pájaro
tiene exacta noción
de la libertad;
puede volar.

sólo el pájaro
conoce el revés de las nubes
y las mareas del viento;
el significado de la lluvia.

sólo el hombre
lo condena a cadena perpetua
en jaulas
sin sabor ni aroma de árbol.

sólo el hombre
cree que el pájaro canta
cuando en realidad
grita su desesperación.

VEREDICTO

Una botella de vino;
el frío, un portal
y sus huesos.

Cómo juzgarlo�?

Hay prietos fantasmas en sus ojos,
enrojecidos de vacíos horóscopos.