DEJISTANI, ELISA
CASA SIN VENTANAS
Ella
vivía
después de la nieve
de los pasillos ligeros
respiraba detrás de la reja
el preludio del jazmín
y la glicina
Ella
osaba cambiar el agua
por el fuego
Una librería
en el revés de la escalera
y el paseo circular
de las estatuas
Ella
vivía
en el fondo
CENIZA ILUMINADA
Decir
lo difícil que ha sido
ser luz en la ceniza
Ha vuelto el invierno
y en algún rincón
alguien espera
Cuando cruce los umbrales
se abrirán las páginas
de nubes clandestinas Cuando en un rapto
mi cuerpo se libere
recordarán tan sólo
el clamor de la hoguera
CONCORDIA
¿Y si volviese el ángel
el corazón
abandonaría su jaula? Entonces
un acorde bastaría
para amenguar la fatiga
y tus brazos
repartidos al viento
de la misericordia
con el sol en las manos
y los ojos húmedos
viéndote partir
una y otra vez
Y este cavilar
de toda astronomía
que se conmueve
y espera
CUANDO ESCRIBO
Cuando escribo
comienza a circular mi cuerpo
es para volar que me vuelvo
pequeña y ligera
Hay noches
en las que permanezco
acorralada
al borde de mí misma
abro la ausencia
en mitad del dolor
y aúllo como loba
Hay un espacio
en que la misma soledad
abandona
Es para llenarme de olvido
que entro en mí
y me despojo
EN LA FRAGILIDAD DE LA PALABRA
En la fragilidad de la palabra
me resguardo de mí misma:
sicario
con el que deletreo mi costado izquierdo
mientras el derecho se llena de manchas
y arrugas
y puntos suspensivos
Por eso la bestia que me habita
ataca a mi sombra
la retuerce
mastica el alto rugido de la sangre
y por fin
se entrega
ERA LA OTRA LA MALDITA
Era otra la maldita
la que se demoraba
en los rincones
giraba interrogantes
y volvía a empezar
Era otra la extranjera
en cada página vacía
la que reunía letras
allí
donde la maldita
me arrancó
a la otra
ESPECTROS
Quién
insiste en rebelarse
Para quién
soplan las bocas
liberan el sonido
Quién
acude entre renglones
conjuga tiempos
derrama el oro
del insomnio
escarba en la prosodia
un grito sofocado:
La escritura del cuerpo
su condena
Quién golpea
desde una letra oscura
EXILIO PARA NO MORIR
Despertar
atraída por antiguos sitios
donde el vértigo es riesgo
de saberse enclavada en la tierra
sin embargo ajena
en un exilio para no morir.
Porque tiene infinitas pausas
este querer encontrarse
para someterse
a una ley implacable.
Cuídate
de la ruptura que surge filosa
y aprendió a volar a solas.
Cuídate de esos pesados sepulcros
de la tierra
para rehacer un gesto extraviado
aquí dentro: en esta jaula orgánica
continente de pájaros perdidos.
Quizás vuelva a contarte
aquello que nunca creíste
con una voz indudable
esa que restituya la palabra exacta
pronunciada con labios anteriores
a este tiempo
de sombras agoreras
EXISTIR
Existir
en la desmesura
de un dios extranjero
engarzado tal vez
en el hechizo
de una mirada
donde resplandece
el riesgo de creer
Existir
ser percibido
como el reto de un átomo
en el exterminio
como el nombre
inventado por los amantes
en el combate oblicuo
de la sangre
Existir
ser descubierto
en el umbral del milagro
LA CITA ES EL POEMA
Hay una reja
escondida en cada letra
la espina afilada
del silencio
Esperma sangrante
entre vaivenes
y bramidos
Tinta del hijo naciente
cintura del aire
en el que los relojes
titubean Hay una reja crispada
en la ronda
de los magos
y un brote de abandono
mordiendo la entrepierna
Todo
por un choque furtivo
o tal vez
por una caricia
en la cita del poema
LA PALABRA
Palabra
escrita
en la arena de los mitos
canto aciago
de las sirenas Con manos de orfebre
tejedora de intriga
con perfil ambiguo
dimensión de ausencia
Palabra
con soles
colgados en la voz
arrancada del fuego
Palabra
que muerde entrelíneas
señales de humo
MILITANTE DE LA LUZ
Militante de la luz
nace en el verdor de la vigilia
hijo de la irradiación
en el que la utopía se columpia
cántico expuesto al vértigo
hasta abrir el torrente de la estrella
Militante de la transparencia
crece en legiones luminosas
como una ciudad fundada
en el árbol de la vida
advenimiento de toda esperanza
OTOÑO
Un viento golpea
el ocre del otoño
la gota de vidrio
debajo de la puerta
Una carta arrugada
con el último aliento
el fondo
de una botella en el mar
y esa frágil promesa
pequeña
distraída
como la muerte
PRELUDIO
Las iniciales
en la borra del café
dibujan
ese rostro
tan amado
progresivamente cóncavo
donde se detiene
el pájaro carpintero
con su sombrero
de hierba perfumada
y el corazón al borde
de estallar en el abrazo
del once de noviembre
cuando el límite
decide la fuga
RESPIRAR
Respirar
en puntos cruciales
cambiar todo de lugar
parecerse al viento
amontonar los sueños en fortines de arena
desbaratarlos
y exhalar
la última palabra
Respirar
RUNAS
Había entonces
ojos albinos
los inventaba en cada runa
en cada piedra afilada
en el reverso
para descifrar quizá
una contraseña
el coraje de permanecer
Ahora
hay luces huérfanas
apenas un resplandor
por entre los agujeros negros
el espasmo
de un corazón partido
donde se filtra la distancia
entre la caricia y el deseo
en ese costado exacto
en que se abren los cuerpos
y la cintura es una curva obscena
y todo arde
y todo sucede
SOMOS
Un relato en suspenso
esa grieta en la sangre
donde se cuela
el misterio
Temblor
en las manos del otoño
un escalofrío
acurrucado en el deseo
Somos apenas
la esperanza de un halcón herido
en la mitad del vuelo
SOY APENAS BRUMA
Soy apenas bruma
paseando con la noche
a espaldas de la urna
Un espectro
con dedos transparentes
acariciando la forma
del último suspiro
Soy apenas un perfume
un hueco
desbordado en la sed
una pausa
escrita en el polvo