MADRAZO, JORGE ARIEL
¿BASURA?

Al desmenuzar las apariencias (deste-
llos de trivial, rojísima
identidad)
la basura, mensajera universal de un
tánatos pródigamente vivificador

depositó su célula disgregadora
junto al cadáver vegetal
(la ciudad derruida
en la luna)

será allí por siempre
un orín de minúsculas transforma-
ciones.
Óxido de lo que está
por venir.

Exacta diso-
lución
de todo digno.

¿GATO?

Igual a cabeza gatuna que se sobresáltase / atisba
sus reflejados ojos orejas sobre vivaz superficie
o azogue,
donde brota su otra bestia el
platónico símil

(Idea
felina, rengueando pilosas / abigotadas distorsiones
ah tan necesarias sin embargo para dar sangre al
Arquetipo.
Cuando esa réplica viviente
¿de qué matriz primordial?
bufa rasguña
a su imperfecta sombra
en el espejo)

Gato ¿o qué?
mentirosamente
real, despavorido ante aquel
sosías o fantasmón

(Igual mismito ¿pueden
ver?
a cualquier / craso mortal de
humanosa, bellaca condición o
urdimbre)

¿MATE?

Asombros de la succión yerboso
limbo ritual
(centro de mis lilas de mis
divagaciones).
La bombilla ábreme el camino
a otro mate perenne recogido
sobre si

Un mate que incline su rey ante los
palillos del destino
Un mate para continuar cebando
los fastos del crimen
(En torno del hombrecito que
matea y
mata
con cada parsimonioso gesto verde
su cotidiana inconfesable sed
de Absoluto)

(De �Cuerpo textual�)

¿PAN?

Hogaza ¿diré hogaza? de pan
fragante amarilloso
truhán arrugado dorso de
ballena ¿Diré pan? ¿O dedos
diré
que él cruje al fingir
domésticos acatamientos?

¿Mentaré su deshi-
lachado gajo su ojo
de sapo indiferente al terremoto
cotidiano
frugal?
¿Su caballo funeral
domedaño a cada
café con leche lamentaré?
¿O su esponjoso
útero alabaré
conforme a rebeldía o

cortesana conveniencia?

ASÍ FUE (DICEN)

El hombre (�su alma�) sueña
demonios o arcángeles
columpiando en
la raíz barroca
(�pie�)
cuando el cielo, atmósfera cercana,
se quiebra en portentosa juguetería
(�ventana�)
y un vellón
(�pájaro o saeta�)
surca el sol
(�la mañana�)

el hombre, pues, evoca
aquellas exigentes suavidades
(�mujer�)
Cierta despedida definitiva
(�el minuto cuando lo arrojan
a un destino una llama�)
Y así la soledad
(�el sexo, nadamente�)
es un botón del desespero.

Otra causa no existe.
Él lo ha dicho
(�la muerte�).
La lenta disolución de ese Extraño: la apariencia.

BESTIAS DE LA COSTUMBRE

Tu vivir, traspasando siempre
neblinas de la
memoria

La oscuridad: apenas parodia
de la palabra
oscuridad.

(Una gorgona ciega
maquilla —en lo púrpura- sus llagas,
sin encender

la luz).

CHILENAMOR

Besar tus ojos no es ritual loor hincamiento (alabeante mito) / el beso que te recorra, su místico sí-mismo su mucosa última talvez besará / ah la cuasi bella, la desbrozada por labios en cuyo término ella / la primigenia (la purísima) / harto se desnuda / besar tus párpados
no es
mero cíclico dolor / única condición será para la pervivencia de la especie / digo (entiéndaseme bien) de mi
mismidad tan repoca
cosita al fin

¿ya?

CLAVE

Cecilia, Pablo, hijos
les
diré:
a las seis y media de diciembre y
verde sol
es durable el brillo, el
león de piedra, la vieja
azotea
(cables nadando en rumbos predestinados)

y más lejos
cada grama o pasto da tal
sombra que es su esencia,
aquello en que consiste a lo
íntimo
ruinosa chimenea, mojones
de hiedra.
Y esas crucetas (vías muertas) de la
existencia
arrojan su sed particular
a las seis de diciembre
(y media)

Cecilia Pablo hijos
les dejo esta
clave,
tres o dos instantes.
Esta clave, o extra-
ñeza, a la sombra de las palomas
de las
seis (y media).

(De �Espejos y destierros�, 1982)

CÓMO HAVELOCK ELLIS DESCUBRIÓ EL PLACER

Sólo un niño de Surrey / acunado en el pánico
de la reina Victoria, / robando huracanes en
la proa del velero Empress
Ése era el Havelock de celestes lagunas / es
decir ojos iguanas / que alumbraban
sus bífidas lenguas / sus
ominosas poluciones nocturnas /
tan nocturnas como el sol del puerto delirado por /
el velero de su padre y por /
raros fantasmas
sudamericanos.

Pero cuando Havelock adolesció y /
se adultó sin jamás jamás /
adulterar la lluvia de sus ojos / dando platónicos
amoríos llamados agnes olive may. / Mirábanse
bellos y desnudos, como aves /
incapaces de volar.
Y así Havelock se casó sin casi / saber del sexo más
que el niñito del velero Empress / y conoció /
a hilda dooelittle quien era �un gran /
pájaro blanco al bordo /
de un acantilado.�

Y cuando Havelock fue ya un viejo / y /
lo amaban todas las mujeres del mundo /
francoise delisle le reveló / un mundo jadeante /
entre sus piernas /
Y Havelock Ellis escribió los más bellos tratados sobre el
amor /
con el estremecido júbilo tardío / del hombre que /
a punto de morir /
desde su ventana descubre / llorando / la última estrella
del universo.

(De �Blues de Muertevida�, 1984)

CONTINUIDAD DE LOS PARQUES

1

¿Alcanzaremoscantora fugaz a eternizar
(nomás un rato)
esta tregua de trinchera
húmedas?
¿Este(oloroso)pasto nocturno?

Oh cantora de la lucidez:
¿las ag�itas mismas somos
que llovíamos
ayer?

La luna(la espejeante enajenada)
fosforece aún sus infinitos
danzando en los ribazos de
los islotes de la gangrena
Y penetra-nos todavíaigual a
añejo oxígeno
la certidumbre (la nada) que nos
colma:
desde la sombra crudamente indiscernible
desde esta tregua de trincheras
húmedas

(algo)
talvez

resistirá.

2

El rebrillo de tus muslos
naranjales acalora lamien-
do la miel sexual de la
evaporación.

Lluvias disuelven
la no escrita página
desbocan las caballerías del
deseo
(zumo o manantial del claustro de
la vida). La

idolatría de tus muslos me enajenó
la Palabra de
los muertos.
Muslos (orografía) graves
rodillas
(guayabal de tus senos)
reino sondiamante caníbal
lujuria misma que ayer

me matará.

DOS DESCRIPCIONES DEL POETA

1.

El poeta
acecha la palabra
la mujer preñada
en calurosa
noche
(no se agita
una hoja).
La mujer,
la palabra (la insomne)
se desangró por sus trágicos
ojos
olvidó
su cita
con el Viento

2.

Un gato muerto
prescindible
carece en apariencia de co-
razón
de ser.
Su Ser
es
la gatedad,
el espejo del espejo del gato

(igual a un poeta o gato
vivo,
pero con tan diverso maullido o
melodía)

ESCRIBE LA AZALEA

“La expresión de los vegetales es escrita…
No hay medios de volverse atrás, imposibles
los arrepentimientos: para corregir es preciso
agregar.”

Francis Ponge, “De parte de las cosas”

Tendía (la azalea) los muñones
implorando algún desatendido
diálogo

las ramas bracitos temblorosos en la
brisa
la risa de albos brotes en lágrima
tronchada.

Ante tu silencio, los tronquillos voltearon
sus susurros a lado y
lado en elipse o espiral
brindaron su no oída sílaba
al aire (descifrador).

Ah discurso solitario de la azalea sola
corrección, paráfrasis, vegetal retruécano en
cada hipérbole (cada retractación)
vibrando al viento.

Ah tanta ruiseñora
clorofila, tanto tanto
verdor
mal amado!

* Nació en Buenos Aires el 26 de agosto de 1931.

FORASTERO CRUZA EL BAR

Lo miraron con rabia

Lo miraron con rabia.
Cruzan barajas tajean el humo dedos raíces en
dados de grapa. El Morocho tira su sombrero sin
rumbo. No
lo matan ahí mismo. Sillas de paja son infierno,
nunca partirán. Alcohol trapo rejilla pulen su
corazón, usted pisa bar
escalón, cruza como un marchante. Forastero.
(Fuera era la común Noche Inofensiva. Usted acu-
chillóse. Solo. No lo supieron,
en su odio).

Hace un nido su casa-fortaleza

Se encierra del Aire enemigo descascarándose los
días, los revoques. Por guardarse de Muerte se
echa a dormir, soñó
niños y ábacos rubios (estuvo feliz). Ingresando
lentamente, lo ultima un áspero resplandor.

Su padre lo abandona

Su padre lo abandona en pleno viento airado,
es una sombra, torna a pedirle a usted beso obe-
diencia. No, él está aquí, era sólo confusión secreta.
Usted no está quién sabe, usted es prójimo cual-
quiera que no sabe de usted, que ama
criatura, y en los aniversarios le hablarán de usted
que fue ese prójimo vulgar de pasión.

Y el viento lo despoja

Con tanto donaire usted debe saltar por
los aires estuvo en un tris, muerden su voz, nadie
le endulza la oración. Si hasta parece mentira: ya
lo despoja
un Viento tan casual
súbitamente
tonto
ah destrozador!

(De �Orden del día�, 1966)

GERTRUDE STEIN DIXIT

Una rosa es / una rosa / su fulgor es / su opalescencia
el vaso donde ancle a pudrir sus pétalos o / furias
es el vértigo de la palabra / rosa (el círculo que
la aprisiona)
son las rosáceas tórridas pupilas que la miran / y
miran / Ella misma es o acaso otra tras la Forma tras el
/ardor
(idéntica diversa rosa desde tu puesto de / observación)
¿Podría esta rosa —pregunté- ser también la no-rosa
el no-color / sus sentidos estallar en doméstica explosión?
Una rosa —cavilaste- es el mínimo secreto
de su estambre o latido azul / él se aconsona con mi ramazón
¿cómo culparle sus índigos contrarios
a qué enrostrarle su destino su /aromar?

La rosa o ausencia de rosa
¿sabrán revivir la una en
la otra

surgir del fondo de sus
roncas aguas

bañarse en el / Cero en /el inicio

golosa / imaginaria
semilla encapsulada?

LEJANO

Tus amigas en círculo y solo,
tus rodillas descorridas
tu cintura: mujer ninfa.
Voz de vejiga llamando
algún gato compinche del jardín
tus amigas asesinan soy el hombre
me averg�enzo
abrían el sexo eran chiquillas abren la boca
comen pan.

Tus amigas una ristra
mamá las aireaba en la cocina,
si agachás la nuca de fuego
tus amigas me miran
(hembras del vértigo).
Y repentinamente somos
buenos,

el silencio me anuda los
zapatos.

Y al repetir hermana
el abecé de la blanca
escuelita,
florece en tu respiración amante
la mujer, la
creadora
la inmortal.

MORITURI SIGNUM ET SIGNATUM

I

Tres de la mañana: los monstruos, los orfebres
de la Noche
atísbannos desde su escondrijo
arrodilladitos en
atroces celdas geológicas
(en ese sulfúrico vaho de Escilla o de Caribdis).

Sucede cada madre-
gada, en el raro mundo
o comarca provisoria,
a las tres de la finitud, en
terrores o sillas
sin nadie.

Cuando loco, o insomne,
el rostro
de tu próximo cadáver
te reclama desde el polvo.

Y huellas o manos ya idas
hacen la señal
de las luz

II

Ah recuerdos plateando
el revés el
espejo
huellas o señas, manos
ya idas.
Sigilosos tactos voces.

Sobre la pared:
sombras chinescas, dedos con permiso tran-
sitorio
proyectan la sólida película, cuyos
muertitos protagonistas
entrechocan cristales (copas) de ilusoria vibra-
ción.
Esas invertebradas criaturas
ríen otra vez, charlan entre
nosotros,
hasta que suenen las
doce y entonces

hacer plop
(Desapa-
recer).

O MUTILACIONES DE LA FIESTA

El jarrón le implora a
la rosa
un combate circense, porque sí:
qué papel jugar
(caigan esmalte o pétalos)
en el circo romano —el patético
comedor de diario.

La rosa apresura su agonía
y deja hueco, vacío de destino, al posesivo al
Exterminador:
ese jarrón-demonio cuya esencia
sólo ella advirtió, cuando la fiesta
sin cesar reclamaba
más y más colores.

OCULTO

Un vagón en baba de muerte
oxidado hace mil melancolías
Hierbas y libélulas
son
su otro yo
(pero nadie nadie
las ve).

Nadie sabe que el vagón
ha de volar un día
con ese crepitar de alas

PORQUE OSCURECER CANSA

El lamparero el Lamparero
Llegará atravesando arrecifes murallas espe-
jos y
resplandecientes presagios.
Desde la cumbre del brazo aquella lámpara
que irradia noche.
La montaña: en ella los incendios
del pastor de cabras

En la vejiga de ozono de la oscuridad, al
caminar en puntas de pie
resucitan los
insectos

RESPLANDECÍAS

padre profesó bienmorir
descifrar
el extraño Arte o ruina:
como si uno viviera pero
más intenso desde lo último el
fondo
(vómitos de aterradores caballos de vidrio).

¿Quién dicta el
vagoroso ejercicio
quién da
al mar
el desnudo náufrago
salobre?
Nadie escucha su lumbre
en la brisa
nadie dice ella él
eran algo irremplazable
(¿Quién hurta el inventario las risas
que se fueron?)

Tú supiste padre, lo narraste
desde tus huesitos, en el horno a
solas,
al hombre aquel que por desdén u oficio
los maceró hasta la íntima ceniza
sin preguntar ni un momento:
¿cuál era tu nombre?
En ese líquido intervalo
te miré:

resplandecías.

hay tantas variedades de

como iguanas hay en el poniente o:
almitas de personas
como pájaros (su
Espanto)

eso decías al rociar el
tecillo el pececillo morado
igual a
sangre de personas a
amarillo vientre de doncella
a
pájaros sobrenadando el
asfalto

(el
desespero)

TROPICOAMOR

Desnudo mi jadeo en tus colinas
(Afuera el Eclipse Mundial)
Tu sexo: salobre molusco del trópico
Te acompañé al gineceo a la cosecha de los
dientes ávidos

Bebí tu néctar
tu prohibido vértice

La lluvia fue lagrima de
fuego
El monstruo del subsuelo nos dio
la bendición

Devorar quise tu alma luego
Pero reposabas tan muertita
Tus muslos escupieron ruegos impenetrables
Tu jugo de placer colmó mi boca
Estoy muy muy cansada dijis-
te y decías:
¿Ya bien?
¿Quédate en tu hilo de alma?
¿Ya bien sí sí
ya bien?

VOLVER

Tía quieres saber
�¿volverá tu tren desde los remotos
tan prójimos?
Sé que estrenas dulcísima mujer
todo hombre ha de morir acompañado�.

Y he llamado al hijo
tortura del mágico discado
inalámbrico
la voz que desconozco
me vulnera
cómo agrede el vivir,
cuánto
irredento itinerario
entre dos puntos, cuánto
hijo
agoniza día a dia
en cada padre de hondas dudas maltrecho!

W. S. GUITARRISTA AZUL

Le dijeron: Tienes una guitarra azul
tú no ejecutas las cosas como son.

Wallace Stevens

Habitante de ninguna parte, la
lejanía
sólo a él le habló, sólo
ese hilo de laurel le adivinaba la
razón.
Y un raro equilibrio derrama
el universo,
remoto jadeo
de lucidez.

Un acto, un
claro acto, un rasgueo
de los sentidos —no los dedos-
lo devuelve al bajo hermoso mundo
al espíritu del monstruo tañedor:
impuro lomo de diamante,
faisán extraviado en
el breñal. Es esa
recíproca projimidad,
pulsando un laúd azul
al negro hueco, a

lo último lo
Desconocido.

Y UN LIED

La casa vieja
los vitra-
les dentro fuera se
anocturnan mientras
la tormenta
rueda en el
humear
de la tierra, ese
malvón que no
retornará jamás.
Casa o voluble
hierro
hueco llamado
�puerta�
concebido hacia un fondo
una meta
-tenues alambrecitos
�pistiloestambre� �polen�
floraciones diversas-

pero otra puede
haber
otra
puerta
enrejada tras el jar-
dín o pátinas del
tiempo
abriéndose
lenta
hacia
lo Blanco inaugural
puerta de un tiempo cíclico que
vuelve
una vez y otra vez

paredes ya disueltas
desgarros del olvidos
afantasmada verja!