MODERN, RODOLFO
ACLARACIÓN
Justo ese amor
cuando te toma con sus pinzas
duras y febriles,
te abre la ciega cavidad
y allí se instala
en el vasto colmenar de tu impaciencia.
Entonces zumban los oídos y te laten
como si tuvieras más de un corazón,
mientras las raíces bermejas
proliferan hasta muñecas y tobillos.
Y corres, pero se te adelanta siempre
por los senderos de la sinuosidad.
Sobre la playa, exhausto,
no habrá descanso para ti,
cada meta es sólo un intervalo,
y cada duna un comenzar de nuevo
entre espinas y cálices oscuros.
ASÍ, DE ESTA MANERA
Todo deviene.
Y apenas quedan rastros
de rosas despojadas,
de los fugaces cuerpos.
Pero el cálido acero
de la bondad
clava su comprensiva punta
en el callado aire
que nos envuelve y alimenta
contra el fondo de un tiempo claroscuro.
Y así sobrevivimos solamente.
ASOCIACIONES
Cuando el viento
dobla las ramas de los sauces
un niño llora y está solo.
Cuando se rompe
la semilla en las entrañas de la buena tierra
la piel del toro resplandece.
Sueños dorados de la siesta
discurren por tus párpados oscuros
cuando el oboe suena entre las amarillas
margaritas.
Ante un espejo como hielo
se quiebra la imagen del anciano
y una puerta se cierra lentamente.
Cuando se desprendió la nube de mis manos
y habló con voz secreta
una torre de luz fue nuestro lecho.
BEATITUD
Oh, diluirse
y resbalar las sensaciones
gota a gota, sobre el vidrio indiferente, frío.
Cada círculo de agua,
los reflejos del mundo.
Y el espíritu del viento,
hamaca de los cielos,
se abraza al árbol
con levísimo abandono.
Y la entrega varonil, no calculada,
hecha de silencios pesados y maduros.
Río interior,
puente de lágrimas y de sonrisas.
Eros oscuro.
Máscara nueva y mueca antigua.
Y sus rosadas víctimas,
inertes,
como esperando la nada.
El pájaro ha volado
dulcemente,
junto a la bandada.
La luz y el suave movimiento
celebran boda eterna.
Muerte y soledad,
dibujos en el aire,
inexistentes.
* Nació en la ciudad de Buenos Aires en 1922.
BUCÓLICA
Recogimiento
de los atardeceres campesinos.
La hierba
inmóvil, como sin raíces,
al ocaso.
Contornos en sombra
de los bueyes,
y lento girar de las violáceas aspas
arriba, en el molino.
Las aguas aquietadas
que rozan las aves al marcharse.
El silencioso humilde ritmo
de los días
que mueren y renacen
por la matriz agradecida y grata
de seres amistosos.
CALLADO AMOR
Como una clara brisa que se oculta
tras el alba,
o la lenta corriente de la sangre
fluyendo silenciosa
por el nocturno canto del verano.
Como sedienta abeja
en cálices vedados,
como una llama decorosamente muerta,
hoy cálida ceniza temblorosa,
más blanco cada vez y más secreto,
ese callado amor que me sustenta.
CENIZA POR LOS AIRES
No quiero olvidar nada.
El color del instinto en tus pupilas,
imaginarias rutas sobre la piel,
el mapa extenso de mis alucinaciones,
y mi pecho,
recipiente consagrado,
único.
No olvido nada.
Ardí hasta el hueso,
y tus labios desmemoriados
aventaron mi ceniza por los aires,
limpiamente.
(De “Distanciado cielo”, 1963)
DE LA LUZ
Lento es el proceso.
Pero el rayo hace temblar los cielos con un azul
diverso
y los ánimos se turban
por tanta celeridad filosa.
Así ocurren los deslumbramientos, así enceguece
todo mirar en los espejos.
En el recodo del camino aguarda, de repente.
DEBERES DE AUTOR
La sonda
atrae honduras
sepulcros arenosos
algunas estrellas de mar
señales inaudibles del oro español
de cuerpos que alguna vez se irguieron
entre los espacios lentos del aire
el buen saber de lo que feneció
un resplandor en los cerebros elegidos
y la semilla necesaria
para el árbol futuro de la fábula.
DIÁLOGO
Entre nosotros
ya no hay nada
sólo acostumbramientos
sustituibles
así peinabas tu pelo negro
así llamabas a la mesa
así nos besábamos
los días nos rodeaban
verdes o como canteros
florecidos
y las noches
eran un hundimiento nuevo
un nacimiento
la memoria se enturbió
por la constante lluvia
a nosotros
nos unen
las voces olvidadas.
ENUMERACIÓN DE LA UNIDAD
Cuando una gota de agua es niebla es
lago es mano con dedospeces y guijarros
es cantidad de humo sobre colinas
y hondonadas es túnel y cordel de
vértigo y sangre de los descendientes o
colisión de remolinos es hojaviento y rayo
azul como gaviotas en el horizonte es
boca y paladar es álamo junto al camino
es el columpio entre lenguajes de la Polinesia
es gota de agua nuevamente y es perdurable
tiempo sin relojes ni timones oxidados es
ojo para ver tras el espejo
del aire más consolidado es cuerpo
o llamarada o chispa del volcán de oro
un absoluto cero hacia el origen.
GRAMÁTICA
Declinación del sustantivo de los días
las ramas se doblan al peso de la luna
la almohada recibe una cabeza que se fatigó
el movimiento de las calles expira
en la sustitución de sombras
un viento fuerte somete las espigas del
orgullo
y tampoco hay humildad en la estrella
que se disuelve siglo a siglo
la siesta del fauno acaba
acabó en rigor hace muchísimos años
y oscilan las torres de las catedrales
el diálogo se anima pero hacia adentro
en parejas que recordaron sus bodas de oro
y restan pocas claridades.
Las canas son proposiciones indirectas
y los ocasos se convierten en adverbios de modo.
HERENCIA
Las manos
de los muertos queridos
se impusieron sobre mi cabeza,
la frente, los hombros.
Desde entonces
mi saber es más firme,
la luz surge con una intensidad mayor
y mi fuerza no cesa.
Asimismo,
el mal pasa de largo,
como anillo
fuera del dedo destinado.
HIMNO
Dulce es el azul de domingo
con los hijos. La sangre adormecida
corre por la frescura de lo abierto.
Y el árbol reiterado de la plaza
es como aroma orgulloso y tibio.
Un horizonte de carillones viejos
circunda los transcursos y las pausas.
El pan congrega y todo es un regalo
un agradecimiento mudo y grande.
La curva impone su declinación
y seria se exhibe la fisonomía
del ocaso. Intenso es el momento
cuando la noche adviene con la espera.
He ahí la patria.
HOMBRE
Desde la roja esfera del misterio
destroza con ceguera su envoltura
y sale, pobre ser, a la aventura
por el azar signado o el criterio
de superiores astros con imperio.
El rudo itinerario desfigura
los áureos horizontes, la llanura,
y la ilusión soporta cautiverio.
Como a un árbol rodeado de desierto,
la soledad le cubre las raíces
con una arena de color incierto.
Y en el tiempo infinito canta el cielo
y llueve sobre tristes flores grises
y todo acaba puntualmente en hielo.
(De �Levántate y canta�, 1968)
ÍCARO HABLA
Las alas mejoran la salud
del aire
nos acercan al sol
y se derriten cuando cera las recubre.
Pero el espacio es soledad
también con pájaros
(ellos lo saben y se aquietan sobre los
promontorios
o en suevas)
Entonces las caídas
son pausas y descansos convenientes.
Y todo arriba
pesa y es atraído
por obligaciones de la tierra.
IDIOMA
Pero los nombres son dados
desde ciertas esferas
y las voces obedecen
una orden.
Siervos
en el reino de la palabra
como tallos castigados
por vientos del invierno.
Decimos entonces
lo que no es nuestro.
INSTANTÁNEA
Parecería
que cosas y retina
se encontraran por azar
o por disposiciones de lo alto.
Sea como fuere
el disparador obtiene
imágenes
el cuello de Nefertiti
las burbujas del agua en un vaso
Sirio
harapos del pordiosero.
El destino es un término
de accesos asombrosos.
INVENTARIO
Quiero insistir.
Los ojos de la noche.
La victoriosa cabeza del águila con su presa entre las
garras.
Aroma del café bebido con amigos que te critican
amorosamente.
El nardo: tallo y flor.
San Francisco de Asís y la abolición de la pobreza.
La otra mejilla, por supuesto.
El barco que se aleja y la nube blanca saludándote en su
pasaje: lo mismo.
Un pañuelo con lágrimas cuando los padres han muerto.
Don Quijote de la Mancha discutiendo amablemente
con Sancho por los caminos de España.
La consabida grupa del caballo joven, y los dedos de la
amada sobre la superficie del lago en la barca que
se mece.
Cristo.
El burrito que Beato Angélico glorificó.
La esperanza golpeando en el ramaje de los delgados
pinos.
La orilla del mar sembrada de castillos de arena, los
infantiles.
La pura contradicción que nos define.
Todo Mozart,
el son viril del saxo tenor soplado por Coleman
Hawkins, el negro,
y lluvia repiqueteando contra los vidrios, la hermosa
música de la naturaleza.
Quienes sufren y no pueden, sin excepción.
Nobles arrugas en el semblante del campesino.
Los pequeños, asistidos en sus sueños por ángeles
fraternos.
La espada con orín, perdida entre los extensos trigales.
Dar, que el corazón te salte, la mano entone una
canción y el ojo se alboroce.
El contrapunto, el universo riguroso de Paul Klee, los
seres alados de Chagall, y la torre de Holderlin
junto al Neckar, en Tubinga.
La piel de la serpiente de coral, y la grey de los que
compadecen.
Shakespeare, esa conciencia eterna y fulgurante,
jugando con sus criaturas.
Cuando rezas.
Cuando el gato se despereza al pie de tu cama.
Coronado de laurales, después de haber vencido en la
batalla.
El deslizarse de los peces, o tú mismo, lanza de carne,
mientras nadas en aguas con sabor a sal.
El lecho tibio, donde la amada espera.
San Juan de la Cruz, Buda y Laostsé.
Una copa de cristal, bellamente tallada. Y vino del
Rhin adentro, apartando alegre tus inhibiciones.
El aula, con la densa atención de tus discípulos que
creen tu palabra.
La chispa en el yunque o el cerebro de Platón.
Los picos nevados. También la roca firme y lisa, muy
arriba.
Ardillas y leones, y el humor que la comunidad de los
ping�inos manifiesta.
El éxtasis, cuando estás por disolverte en el regazo
generoso, múltiple y reiterado del Todo.
La muerte con dignidad.
El resto es polvo de estrellas derrumbadas.
LA VISITA
Bienvenido, Hermano Lobo.
Verdoso brilla tu hocico
sobre las columnas de oro.
A tu llegada,
los ríos desbordaron
antiguos retratos color sepia
y húmedos espejos.
Pétalos de sangre
cubrieron entonces las moradas,
y llagas abiertas contempló la luna.
Tu corazón es de mercurio y muele
un trigo impuro.
Parte con las trompetas y timbales
y la victoria. Es tuya.
(De �Rueda en el espejo�, 1971)
NIÑO PRODIGIO
A los seis años
las manitas de Mozart
corrían por el teclado del clavicémbalo
ante la satisfacción real
de la orgullosa familia de Schonbrunn.
Luego vinieron los conciertos
los viajes
Constanze
y los honorarios derrochados por el músico
no obstante los consejos obvios
del progenitor.
También sonó frecuentemente
un acorde (en si bemol)
a causa de las muchas deudas
con fondo de bajo continuo.
Pero las óperas quintetos
y partituras para violín y orquesta
de notable factura todas
no culminaron en un réquiem
según lo acordado.
Algunos huesos
andan por ahí tirados y sin lápida
a modo de divertimento
ma non troppo.
NOCTURNO
Secreto es el orden de la noche en el bosque.
Árboles blancos como candelabros sostienen la
cóncava superficie de la sombra,
y una cera pálida gotea silenciosa desde las hojas
más remotas sobre párpados ansiosos
cuando la araña teje los maravillosos hilos
de la culpa.
La intimidad de los labios es entonces lápida
que sella resplandores del verano,
mientras arena y el oleaje celebran himeneo
tras la escondida puerta de los sueños.
Cascos afelpados de la noche se elevan con
un viento helado
que sopla desde el corazon de Andrómeda.
(De �Así, de esta manera�,1974)
NOMBRAR ES OTRA COSA
Las palabras tejen los bordes del ser
rodeándolo como la capa de hielo que cubre
la móvil duración del lago, blanco
sobre la negrura. Pero nombrar es otra cosa.
Los trozos que arrojamos, las sonoridades
frágiles de las gargantas, la negrura sobre
el blanco del papel, reminiscencias
del reino del origen donde la esfera
se asentaba. Lo que perdura se extravió,
un ciervo con espanto, Bach entre columnas
rotas. El anillo de oro reposa en el fondo,
inalcanzable. Nombrar el ser es otra cosa.
OJO DE DIOS
El ojo redondo de Dios
nos mira.
Cuando acontece así,
frío y calor se funden en la
médula, claveles abren
sus pétalos, el signo del oro
cubre los campos, un muro de silencio
florece con aromas.
El río es un horizonte puro.
(De �En blanco y negro�, 1961)
QUEVEDIANA
Cuando todo es lo mismo un canto vano
de máscaras y gestos y caminos
en pos del breve azar de unos destinos
que arrojaron los dados de antemano.
Cuando la flor azul es una mano
fragante y bien plantada como pinos
y cuando el viento mueve los molinos
en las tardes opacas de verano.
Cuando la niebla es sólo luz velada
un horizonte gris en nuestra mente
o grito de la carne aprisionada.
Cuando el instante es rueda y cataclismo
y la gota en el río simplemente
un canto más y vano de lo mismo.
(De �De lámparas y fuentes�, 1978)
REGRESO DE ODISEO
La raíz lo atrae con tenacidad y mando
hacia el origen,
y a la raíz retorna con fatiga
o calcinado.
Un perro lo recibe solamente
y en un rincón las ilusiones agonizan.
El nombre de la soledad es patria.
(De �Andanzas de Odiseo�, 1975)
RETROSPECTIVA
La penumbra aquieta los ojos
pero hay líneas rojas grietas
cicatrices que quedaron.
Inevitable fue mirar
y las preguntas brotaron
como chorro furioso
de abejas homicidas.
El espectáculo se ofrecía
sin comentarios seco.
(Luego vinieron los hermenautas
y codificaron los hechos).
Y hubo que aprender a entornar
los ojos
pues en la penumbra los ojos
se aquietan
y las cicatrices molestan menos.
TENDENCIAS
En las entrelíneas, blanquísimas, se
inscribe el texto.
Y vuelan crisantemos multiplicado soles,
llueven abrigos muy raídos por mordeduras
del invierno.
Y los ausentes vuelven a recordar otros
cabellos, o ese trazo de labios que pronunciaron
nunca o regresaré cuando miríadas de espigas
hundan los barcos de húmedas bodegas.
Podemos erigir entonces la casa de la negación
en suelo yermo, como brillante que oscurece
sus facetas. O traducir espacios
-pájaros que fuimos-
sobre un retorno de espuma y comprensivo mosto.
Pues siempre escribimos las idénticas voces
de un río subterráneo que aflora
y nos abarca. Como esa sabida sangre
con que se nombran los hermanos.
UBICACIÓN
Nos fabricaron para morir
y dieron la sonrisa
árboles enraizados hondamente
y allí constelaciones.
La vida es un problema
que otras mentes
quizás resuelvan a su antojo.
O un eco
vagando en medio del vacío.
Somos acaso
el hilo tenue de un discurso
dicho por ajena voz, quebrado
inesperadamente.
O una fábula
enmascarada
cuyo final se recita
en el carozo de la buena tierra.
VERONA
Marmórea, qué silencio te corona
en tanto brota el agua de la fuente.
Aquí el pasado es causa suficiente,
aquí el presente huye y te abandona.
Entre las calles quietas de Verona
el verso nace cálido y potente
en el viaje dichoso de la mente.
Aquí el amor fue niño que perdona.
El cielo y el infierno concertaron
bajo estos muros su cambiado sino,
y vida y muerte en canto se tornaron.
La última pasión halló su meta:
sombra carnal de Dante peregrino,
oh, delicada tumba de Julieta.
VIENTO NORTE
Viento norte, aguas del tedio en agua
que la mente oxida. Las ramas se doblegan
sobre el meditabundo al borde del camino.
Entre polvaredas. Un susurrar apenas
de sangre empantanada donde se aquietan
los anhelos. La densidad del aire
cubre provincias de una excitación
reciente, y todo se fatiga con exceso.
Un gusto a sol resquebrajado ingresa
y se derrama por cuerpos con lamento.
Vidriada y gris, una laguna teje
su canto con frágiles voces de los grillos
que atraen humedades.
VOZ PASIVA
Indolente
las hormigas comen voraces el rosal elegido
de tu jardín
las lunas abandonan el previsto curso
y las olas ennegrecen los caminos
dejas que todo sea posible hasta una vida
solitaria o triste
que se cubra de sal una ciudad entera
(mientras te envuelve una emoción dichosa)
que los acantilados más furiosos se claven
en el corazón del bosque
que los hijos eduquen tu voluntad
con un ejemplo ajeno.
Y dejas
que uvas de oro caigan en tu boca
y con su savia nazca el verso casualmente.